Te damos la bienvenida a otra entrega de Querido Duolingo, la columna de consejos para todas las personas que aprenden idiomas. Puedes ver nuestras entregas anteriores aquí.
¡Hola, hola! Me llamo Hope Wilson y soy administradora de Aprendizaje y currículo en Duolingo. Antes de venir aquí, estudié sobre la adquisición de un segundo idioma en la Universidad Estatal de Ohio, donde también trabajé en el olvido de idiomas. El tema de esta semana de Duolingo es todo un viaje por mis recuerdos. ¿Lo entienden? ¿Recuerdos? ¿¿Eh??
Bueno, bueno, dejen de abuchear mi chiste. Vamos a la pregunta.
La pregunta de esta semana:
¡Hola, Idioma Perdido!
Me complace decirte que quizás hayas olvidado tu francés, pero no lo has perdido. Si vuelves a aprender francés, podrás acceder de nuevo a memorias que quizás creías perdidas y progresarás mucho más rápido que cuando aprendiste francés por primera vez. ¡Es como andar en bicicleta! Te darás cuenta de que tus habilidades siguen ahí, enterradas en tu mente y tu memoria muscular, y que con un poco de práctica estructurada podrás decir avoir y etre como en los viejos tiempos.
¿Te da curiosidad saber por qué? Exploremos el “paradigma del almacenamiento” y cómo se relaciona con el aprendizaje de idiomas.
El paradigma del almacenamiento
¿Alguna vez has olvidado el nombre de alguien? ¿O lo que habías ido a comprar a una tienda? ¿O dónde pusiste tu bolígrafo preferido? Quizás retrocedas para recordar tus pasos mientras pensabas dónde fue que apoyaste ese bolígrafo. Quizás, cuando olvidaste el nombre, tenías una vaga idea de cómo era (“sé que empezaba con M”) y trataste de reconstruir los sonidos que conoces. Quizás, cuando quisiste recordar qué querías comprar, intentaste recordar cómo se veía tu refrigerador.
En cada una de estas instancias, no intentaste construir nueva información. En cambio, estabas utilizando técnicas para encontrar información que estaba mal almacenada de una forma efectiva. En algún punto, obtuviste esta información y se fijó en tu memoria a largo plazo. Cuando olvidas algo aprendido, esta información no se destruye, sino que se vuelve inaccesible. Es como el bolígrafo que guardaste en el cajón: todavía está ahí, pero no puedes usarlo hasta que lo saques. El proceso de volver a aprender (o “reaprender”) es como sacar ese bolígrafo del cajón.
Este fenómeno psicológico (que puede recordarse algo olvidado de forma rápida y fiable) es llamado el paradigma del almacenamiento o el método del almacenamiento. Fue descubierto a fines del siglo XIX por un psicólogo llamado Hermann Ebbinghaus. Ebbinghaus realizó experimentos en los que primero memorizaba listas con datos, esperaba hasta que las hubiera olvidado, luego las volvía a aprender y estudiaba cuánto tiempo tardaba. Pudo determinar de forma consistente que los reaprendía mucho más rápido que lo que tardaba en aprenderlos por primera vez. La información era almacenada.
¿Puedes reaprender un idioma que olvidaste?
Recientemente, un grupo de investigadores estudió si el paradigma de almacenamiento también aplicaba a los idiomas. Si olvidaste un idioma, ¿podrías ser capaz de recuperarlo?
Después de todo, los idiomas son complejos. Cuando sabes “un idioma” no sabes solo una cosa: sabes su vocabulario (¡a veces miles y miles de palabras!), su gramática, su pronunciación y muchísimas otras cosas. Por eso, olvidar un idioma es más que olvidar una fecha: es olvidarse de un montón de información. Es interesante que esta información no se olvida al mismo tiempo. Para ser específicos, el vocabulario se olvida más rápido que la gramática.
Por este motivo, quienes estudian el tema se enfocan en la efectividad para reaprender el vocabulario que tienen las personas que olvidaron un idioma. Quienes aprendieron un idioma son capaces de reaprender vocabulario de una forma impresionante: algunas personas recuperan vocabulario que aprendieron en el extranjero y palabras que aprendieron al tomar clases en su país. Existe un caso sorprendente en el que una hija adoptiva fue capaz de reaprender las palabras de un idioma que no sabía que había hablado, ya que había olvidado todos sus recuerdos de este. ¡Ese es el poder de reaprender!
Cómo reaprender un idioma
Entonces, ¿cómo puede accederse nuevamente al conocimiento almacenado de un idioma?
Bien, puedes enfocarte en algunas cosas. Como mencioné antes, tendemos a olvidar el vocabulario más rápido que la gramática, así que cuando reaprendas un idioma, lo conveniente es priorizar la recuperación de tu vocabulario. Te recomiendo adquirir un diccionario de frecuencia, que son diccionarios que contienen listas de palabras de un idioma, de las más comunes a las utilizadas con menos frecuencia. Así, podrás reaprender las palabras más comunes primero y después aprender las más infrecuentes (¡personalmente, me encanta usar fichas para aprender vocabulario!). Leer también es una gran forma de recuperar tu vocabulario, así también como ver películas y escuchar podcasts en ese idioma. ¡Probar distintos tipos de prácticas te ayudará a reactivar ese conocimiento inactivo!
Otro enfoque que podrías probar es buscar compañeros de conversación. Desafortunadamente, no sabemos qué olvidamos. No es sino hasta que intentas usar el idioma que encuentras esos huecos en tu memoria (por ejemplo, cuando estaba aprendiendo ruso, volví después de unas vacaciones de verano e ingresé en el salón de clases, segura de que podría describir todas las cosas geniales que había hecho en mis vacaciones. Entonces me di cuenta de que había olvidado por completo cómo se decía “verano”. ¡Ay!). Por eso, si te fuerzas a interactuar con otras personas, descubrirás lo que olvidaste… ¡y la persona con quien estás hablando seguramente podrá ayudarte a recordar!
Sin embargo, lo más importante es sentarse y empezar a aprender. Más allá de la técnica que utilices, lo más importante es empezar ese proceso de recuerdo. Así como no hay una forma equivocada de aprender un idioma, ¡tampoco hay una forma equivocada de recordarlo!
¡Un idioma recuperado, no perdido!
Es muy emocionante saber que quieres volver a aprender un idioma, Idioma Perdido. Estoy segura de que será un proceso emocionante y gratificante para ti. Si eliges reaprender francés, creo que te alegrará ver cuánto recuerdas del idioma. Tu cerebro ha estado almacenando todo este conocimiento para ti. ¡Aprovéchalo bien!