Si estás dando tus primeros pasos en el ajedrez, puede que te intimiden todas las notaciones, las complicadas variantes de apertura y la gran cantidad de posibilidades en cada jugada. 😵‍💫

Una forma de comenzar a mejorar tu juego hoy es fortalecer tu apertura. ¡Es la única etapa del juego que tienes garantizado alcanzar!

Aquí tienes tres consejos para una buena apertura.

Consejo 1: saca tus piezas

Te sorprendería si los jugadores de fútbol se quedaran agrupados debajo de su portería o si un equipo de baloncesto se mantuviera en la línea de fondo, ¡y el mismo error es uno de los más comunes en ajedrez!

Las piezas están destinadas a trabajar juntas como un equipo, y lanzar a un atacante solitario al territorio enemigo mientras sus compañeros de equipo se relajan en casa, rara vez es una buena idea.

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En cambio, mueve tus piezas desde sus posiciones iniciales en la fila trasera lo antes posible.

Esto se llama desarrollo: cuando la mayoría de las piezas han dejado sus casillas iniciales para el centro del tablero, están desarrolladas... y listas para lo que venga después.

En particular, los alfiles y los caballos (llamados piezas menores) deberían unirse al juego temprano, con las damas y las torres (piezas mayores) más cómodas, quedándose atrás por un tiempo. Por otro lado, los peones son insignificantes: en la apertura, se mueven principalmente para despejar el camino a sus compañeros de equipo más fuertes, y mover demasiados peones puede consumir un tiempo valioso. 

Consejo 2: controla el centro

Nadie te culparía por pensar que un tablero de ajedrez es plano... ¡pero eso es una ilusión!

En cambio, piensa en el tablero como una montaña, con las cuatro casillas centrales formando un pico en el medio. ¡Este es un terreno elevado que vale la pena conquistar!

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Cuanto más lejos esté una casilla del centro, menos valiosa será (y menos probable es que una pieza esté conforme con ese puesto).

Al comienzo de una partida, el centro generalmente se controla colocando un peón allí, o dos, si tu oponente te lo permite.

Como puedes ver en el tablero a continuación, las casillas circuladas forman el centro. Si es posible, coloca un par de peones allí, uno al lado del otro, como lo han hecho las blancas.

Un tablero de ajedrez después del segundo movimiento de las blancas. Los peones centrales de las blancas están posicionados en d4 y e4, las negras han movido un peón a e6. Las casillas centrales d4, e4, d5 y e5 están resaltadas en verde.

Consejo 3: protege a tu rey

Sin duda, el rey es la pieza más importante del tablero: una vez que el rey no puede evitar un ataque, la partida termina en jaque mate. Todas las demás piezas solo sirven para este propósito. No importa cuántas piezas captures, ¡no tendrá importancia si las que quedan abruman a tu rey!

Esto también hace que el rey sea vulnerable. A diferencia de otras piezas, al rey le complace mantenerse alejado de las líneas del frente, idealmente escondiéndose detrás de un escudo de peones. ¡Definitivamente, no está liderando a su ejército en la batalla!

De hecho, el rey busca ese escudo de peones, en un movimiento llamado enroque. Este es un movimiento único, solo es posible una vez por partida para cada lado, y consiste en llevar a tu rey hacia los bordes seguros del tablero mientras mueves una torre hacia el centro.

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Es una buena idea enrocar al rey temprano en la partida.

En la siguiente partida, las blancas han hecho todo bien: el desarrollo está casi terminado, sus piezas controlan el centro y el rey se ha enrocado. Las negras han movido más peones de los necesarios, por lo que sus piezas se quedan profundamente dormidas en la última fila. Debido a esto, el enroque requerirá muchos más movimientos, lo que dará a las piezas blancas tiempo suficiente para atacar al rey.

Un tablero de ajedrez a unos pocos movimientos de la partida. Las blancas han desarrollado caballos a f3 y c3, un alfil a c4, enrocado y colocado una torre en e1. Las negras han movido muchos peones y su reina, pero no sus caballos o alfiles. Su rey también está en su casilla inicial.

¡Abre tu mente y prueba nuevas aperturas!

Cada una de estas pautas tiene excepciones, pero necesitas conocer las reglas antes de poder romperlas. Desarrollar tu comprensión de los objetivos principales de la apertura, fortalecerá tu juego de ajedrez… ¡y hará temblar a tus oponentes!