Aprender un nuevo idioma lleva paciencia, práctica y, en especial tiempo, así que quienes se encuentran aprendiendo un idioma realmente buscan aprovechar al máximo sus esfuerzos. Si tomamos en cuenta todo lo que sabemos acerca de los idiomas, el aprendizaje y el cerebro, ¿cuál es la mejor forma de aprender un idioma?
No hay un enfoque único que funcione en todos los casos, ya que cada uno de nosotros tiene necesidades, metas y experiencias diferentes al aprender un idioma. Sin embargo, sí sabemos qué hace que un aprendizaje sea efectivo. En esta entrada, vamos a identificar los métodos más eficaces para impulsar tu aprendizaje de idiomas y, para inspirarnos, vamos a observar a quienes aprenden idiomas mejor que nadie: ¡los niños!
¡Hasta un bebé puede hacerlo!
Los niños son los campeones del aprendizaje de idiomas. ¡Hacen que se vea tan fácil! De hecho, los niños deben pasar por muchos años de prueba y error para lograr convertirse en buenos conversadores que se expresen con claridad y que sepan qué decir, así como (igual de importante) qué no decir. Probablemente hayas escuchado que los cerebros de los bebés son mejores para aprender idiomas. Si bien es cierto, hay mucho más detrás de eso.
Los niños aprenden como nadie gracias a las situaciones del lenguaje en las que participan. Se ven altamente motivados a comunicarse y conectarse con el mundo que los rodea y para ello usan todo tipo de lenguajes, sin importar qué tan adulto o sofisticado pueda sonar su idioma. No se preocupan por aprender todas las reglas gramaticales, los términos exactos o la mejor manera de expresar algo: se comunican cueste lo que cueste, con las palabras y la gramática con la que cuentan. Esa es una lección para todos los que están aprendiendo idiomas.
Estos pequeños expertos nos pueden dar muchas otras lecciones:
Rodéate del idioma
Inspiración infantil: Los niños están rodeados mañana, tarde y noche por el idioma que están aprendiendo y gracias a eso reciben mucha información.
Lección para los adultos: Tu cerebro necesita muchos ejemplos del idioma (vocabulario, gramática, sonidos, reglas acerca de dónde y cómo usar determinados términos) así que la primera regla para aprender como un niño es rodearte del idioma ¡lo más posible! Como puedas, cuando puedas, y con las herramientas que tengas.
La información que reciben los niños es especialmente buena porque es muy completa. Las fichas y las tablas de verbos pueden ayudarte a reforzar y organizar lo que aprendes en otro lugar, pero el aprendizaje de verdad es el que ocurre cuando el idioma viene con un contexto relevante, como frases y oraciones más largas, historias, diálogos, imágenes y escenarios de la vida real. Recibir buena información y todo su contexto te ayudará a identificar patrones, a memorizarlos y a tenerlos listos para emplearlos al comunicarte.
Tómate tu tiempo
Inspiración infantil: A los niños les toma años aprender todos los elementos de su idioma y no llegan a dominar algunos de los sonidos y frases gramaticales más complicadas hasta que están en edad escolar. ¡Es un aprendizaje que continúa después de nuestra adolescencia y más allá!
Lección para los adultos: Aprender un nuevo idioma lleva mucho tiempo, pero la mayoría de las personas que están aprendiendo no necesitan la agilidad impecable de un orador. Sentir confianza y querer entablar conversaciones es una meta más que admirable y no es necesario que pasen años hasta que llegues a ese punto. Piensa en las necesidades particulares que tienes con relación a ese idioma y después decide la meta de dominio que mejor se adapte a ti, en lugar de intentar lograr lo que los niños logran a los 5 años (o a los 7, 15 o 35). Quizás planees hablar todo el tiempo en inglés la próxima vez que vayas de viaje al extanjero, pero elegir metas a corto plazo te ayudará a desarrollar un hábito de estudio sustentable que te permitirá sentir tu progreso a medida que avances. No hay atajos o soluciones rápidas, así que tómate tu tiempo y enfócate en aprender poco a poco: así podrás alcanzar la meta que te propusiste.
No temas equivocarte
Inspiración infantil: Los niños no se preocupan tanto por hablar un idioma tan perfecto como el de un adulto y prefieren en cambio enfocarse en la comunicación. Tienen menos filtros afectivos que los adultos, lo que significa que están menos preocupados por cometer errores frente a otros y sienten menos ansiedad al momento de expresar lo que piensan (¿les suena familiar, padres?).
Lección para los adultos: Concéntrate en comunicar qué es lo que intentas decir y no te preocupes tanto por ser perfecto. Los errores son parte esencial del aprendizaje de idiomas: muestran los lugares donde tu cerebro aún está probando qué funciona y qué no. Al cometer errores, prestarás atención a cuál es la forma correcta para usarla más adelante. Arriesgarnos a cometer errores también significa que estamos ayudando a nuestro cerebro a desarrollar conexiones para entender, usar y recuperar el idioma de nuestra mente de una forma más efectiva. ¡Es un riesgo que vale la pena!
¡A involucrarse!
Inspiración infantil: Los niños suelen ponerse en el medio de la acción e interactúan con el idioma y con las personas que los rodean. Repiten, escuchan, hacen preguntas y hablan consigo mismos (incluso los bebés, que balbucean para practicar). Los niños también juegan juegos, escuchan música y leen libros (los mismos libros, miles de veces) en su idioma. ¡Aprenden al hacer cosas!
Lección para los adultos: Aprender no tiene que sentirse siempre como una lección formal o una sesión de estudios. Puedes hacer las cosas que disfrutas y aprender, ya sea que escuches podcasts, mires series y películas en Netflix o que pases horas y horas en Twitter. Busca cosas que te interesen (¿tal vez la justicia social? ¿fanfictions? ¿o qué tal cocinar?) en tu nuevo idioma. Así serás capaz de recibir más información y además mantener tu motivación. Asegúrate también de cantar a coro las canciones, de escribir comentarios, de hablar en foros ¡e incluso de escribir algunos capítulos de tu propia fanfic!
Mezcla el contenido
Inspiración infantil: Los niños se rodean del idioma, a través de varios medios y de varias maneras. ¡Nunca hacen lo mismo por mucho tiempo!
Lección para los adultos: Piensa en tu nuevo idioma en términos de habilidades receptivas (leer y escuchar) y habilidades productivas. Para sentir comodidad al usar un nuevo idioma, necesitarás estas cuatro habilidades para recibir la información en el nuevo idioma y luego producir una respuesta. ¡Usa las cuatro habilidades desde el comienzo, desde el primer día!
¡Aprende con paciencia, creatividad y sentido!
Hay muchas formas en que los adultos pueden, también, lograr un progreso continuo al incluir al aprendizaje dentro de sus apretadas (¡y adultas!) agendas, al desarrollar hábitos de estudio consistentes y al encontrar formas significativas de involucrarse con el idioma.
¡Encuentra el método y las herramientas que más te sirvan a ti y hazlos tuyos!
Si quieres saber más sobre cómo aprender un idioma con Duolingo, puedes leer acerca de nuestro enfoque recomendado aquí y ver todo lo que logran nuestros usuarios.