Aprender varios idiomas (o dialectos) es una hazaña de malabarismo impresionante por parte de tu cerebro, ¡y más si tenemos en cuenta que aprender un nuevo idioma es todo un ejercicio cognitivo! Puedes pensar en este equilibrio que realiza el cerebro multilingüe como subir el “volumen” de un idioma cuando se utiliza, mientras baja el volumen de los demás idiomas (así es como somos capaces de usar uno solo a la vez). ¡Aquellas personas que realizan alternancias de códigos o mezclan idiomas en una misma oración o conversación deben subir el volumen de varios idiomas al mismo tiempo!  

¡Veamos qué más sucede en el cerebro de las personas multilingües!

Nuestros idiomas pueden tener distintos “volúmenes” cognitivos.

En primer lugar, el volumen cognitivo de un idioma está relacionado con aspectos como la edad a la que lo aprendiste, con qué frecuencia lo usas y cuál es tu nivel de dominio.

Bajar el volumen de algunos idiomas requiere más energía mental que el de otros.

Necesitas esforzarte más para bajar el nivel de activación de un idioma que usas con más frecuencia, comparado con la inhibición de una variedad que aprendiste recientemente. 

¡Cuando usas un idioma nuevo o más débil, debes esforzarte más para cambiar al idioma que dominas mejor!

Si eres un hablante de español que ha aprendido inglés, esto significa que para poder hablar en inglés tu cerebro debe esforzarse bastante para inhibir el español. ¡Y para volver al español, tu cerebro debe esforzarse para deshacer el efecto de inhibición del español! Estas pequeñas demoras que ocurren cuando alternamos de idiomas (que no suelen duran más que algunas centésimas de segundo) son llamadas “costo de cambio”.

Los científicos estudian estas pequeñas demoras de idiomas fuertes a idiomas más débiles (¡y viceversa!) a través de experimentos en los que las personas bilingües deben nombrar los objetos en una imagen en voz alta, y luego se mide cuánto tiempo les lleva empezar a nombrar el objeto.

El balance entre los idiomas es diferente para cada persona bilingüe y para cada combinación de idiomas.

El volumen exacto de los idiomas y el “costo de cambio” entre ellos depende de cuánta experiencia tengas con cada variedad y qué tan similares sean los idiomas. Por ejemplo, palabras similares como los cognados (como “lemon” y “limón” en inglés y español), tienden a ser nombrados con mayor velocidad que palabras que no están relacionadas.

El volumen de tus idiomas puede cambiar con el tiempo.

Según la frecuencia con la que usamos un idioma e interactuamos con él, su volumen puede aumentar o disminuir en diferentes momentos de nuestra vida. Si usabas mucho un idioma en tu ciudad natal cuando eras joven, pero lo usaste cada vez menos después de mudarte a otro lugar, su volumen puede haber empezado muy alto, pero ha bajado con el tiempo. ¡Sin embargo, su volumen también puede volver a subir más adelante!

¡Súbele el volumen a tu nuevo idioma! 🔊

La flexibilidad de nuestros cerebros es increíble, así como también lo bien equipados que están para manejar varios idiomas. Subir el “volumen” de un nuevo idioma al mismo nivel que el de los otros idiomas lleva tiempo, ¡pero los estudios demuestran que con tiempo y práctica tu cerebro logrará dominarlo!