Te damos la bienvenida a otra entrega de Querido Duolingo, la columna de consejos para todas las personas que aprenden idiomas. Puedes ver nuestras entregas anteriores aquí.

¡Hola! Soy el Dr. Ben Reuveni y soy un científico de Aprendizaje sénior en Duolingo. Me especializo en la memoria, el aprendizaje y la toma de decisiones, y en Duolingo trabajo en la creación de nuevas funcionalidades que hagan más atractivo el aprendizaje, como el nivel Legendario y el Centro de práctica. He aprendido idiomas toda la vida y hablo 3 idiomas en los que tengo diferentes niveles de dominio. Antes de llegar a Duolingo, desarrollaba algoritmos de computadora para entender mejor cómo las personas aprenden, ¡y ahora uso esas habilidades para que podamos enseñar mejor! Esta semana voy a ocupar el lugar de Cindy porque ella sabe lo emocionado que estoy por responder… ¡y tiene toda la razón! 🤩 No puedo esperar a dar inicio a mi primera columna en Querido Duolingo.

La pregunta de esta semana:

Querido Duolingo:

He aprendido idiomas a través de muchos métodos y fue genial leer sobre cómo los idiomas se conectan en nuestros cerebros, pero me hizo pensar en términos generales: ¿cómo recordamos las cosas? ¿Por qué no recordamos todo, como por ejemplo al ver una palabra por primera vez?

Muchas gracias
María Refrescamemorias

Es realmente asombroso cuánto recuerdan nuestros cerebros (incluso cosas que no son particularmente útiles, como las canciones de nuestros programas favoritos de la infancia) y también cuánto no recordamos. 😅 Entonces, ¿qué es lo que ocurre? ¿Qué es realmente un recuerdo y qué sucede cuando recordamos algo… y por qué (POR QUÉÉÉÉ) nos olvidamos de las cosas?

¡Así como ocurre con los idiomas, todo depende de las conexiones en nuestros cerebros! Y cuando se trata de recordar, de hecho existen muchos tipos de conexiones, así como muchos tipos de memorias.

¿Qué es un recuerdo?

Los recuerdos son el resultado de una experiencia por la que pasaron tu cerebro y tú. Pueden pensar en un recuerdo como rastro (una impresión física, como la huellas que dejamos al caminar en la arena) que vive en tu cerebro como una conexión entre neuronas y fragmentos de información. En un sentido literal, tu cerebro cambia cuando aprendes algo nuevo.

Existen muchas formas de hablar sobre la memoria, pero en general tenemos dos tipos de memorias:

  • Memoria de trabajo (también llamada memoria de corto plazo): son recuerdos que se almacenan en tu cerebro por un corto período de tiempo (quizás un par de minutos o segundos), como el número de teléfono que alguien les acaba de dar. Una vez que dejas de concentrarte en esa información, ¡se fue! Incluso debemos esforzarnos un poco para mantenerla en nuestra memoria a corto plazo (por ejemplo, podemos repetirla una y otra vez).
  • Memoria a largo plazo: son recuerdos que se almacenan en tu cerebro a largo plazo y que puedes recuperar (“recordar”) sin la necesidad de practicarlos: simplemente están ahí. La memoria a largo plazo puede incluir información que aprendimos durante un largo período de tiempo y que practicamos mucho (como los nombres de familiares o cómo andar en bicicleta) o información más reciente (como cuando reconocemos una palabra que leímos ayer en Duolingo). Podemos extraer esta información de nuestra memoria una y otra vez, sin que sea necesario repetirla (mi esposa se llama Amy, mi esposa se llama Amy… ¡No te preocupes, Amy! Ya eres parte de mi memoria a largo plazo).

Hay dos tipos de memorias a largo plazo, para distintos tipos de información:

  • Memoria implícita: son recuerdos sobre habilidades y procesos, cómo andar en bicicleta, los movimientos necesarios para usar un abrelatas, ¡y cómo hablar tu propio idioma! En general, cuando se trata de habilidades y procesos que te digan cómo hacerlo, no ayuda realmente a aprenderlo y almacenar esa información en tu memoria a largo plazo.
  • Memoria explícita: son recuerdos sobre información y hechos, como la capital de un país o qué comiste de desayuno (en mi caso, “huevos”). Un tipo de memoria explícita es la memoria episódica: nuestra habilidad para viajar mentalmente en el tiempo y volver a vivir un momento, como la última vez que comiste con tu familia en un día festivo o la vez que observaste un hermoso amanecer.

Cuando se trata de aprender de idiomas, podemos pensar que la memoria implícita es usada para distinguir de manera instintiva qué suena bien y qué palabras van juntas (como los instintos que tienes sobre tu primer idioma) y que la memoria explícita es usada para describir cómo funciona el idioma (saber a ciencia cierta que los adjetivos en inglés deben ir antes de los sustantivos). ¡Por eso no es lo mismo conocer las reglas de un idioma y ser realmente capaz de utilizarlo! La mayor parte de las personas no conoce todas las reglas gramaticales de su propio idioma (memoria explícita), pero pueden usar sus idiomas sin problemas (memoria implícita). Si tu meta es usar tu nuevo idioma, saber describir la conjugación de los verbos no será lo que te ayudará a alcanzarla.

¿Cómo recordamos las cosas?

Crear un nuevo recuerdo (es decir, aprender) requiere la formación de nuevas conexiones cerebrales. “Recordar” ese recuerdo es el proceso de encontrar esa conexión y acceder al recuerdo.

Tomemos un ejemplo de la memoria explícita (aquella sobre los hechos). Si intentamos aprender algo (por ejemplo, palabras en un nuevo idioma), las repetimos varias veces (eh, digamos… manteniendo una racha), nos enfocamos en ellas y las practicamos. Todo esto sucede mientras la información está en nuestra memoria (a corto plazo) de trabajo. Con suficiente práctica, atención y concentración, podemos almacenar esta información al moverla a nuestra memoria a largo plazo. Luego, podemos acceder a esta información incluso cuando dejamos de pensar en ella después de un tiempo. ¡Puede quedarse en nuestra mente durante décadas!

Puedes considerar la memoria como si fuera un sendero en un bosque. Si estás caminando y decides ir a un nuevo lugar, probablemente no haya un camino, e incluso después de esa primera vez el sendero no sería tan visible o fácil de atravesar. ¡Recórrelo suficientes veces y se convertirá en un camino al que te resulte fácil acceder! Aun así, los caminos mejor formados pueden llenarse de maleza después de mucho tiempo de desuso. Del mismo modo, cuanto más utilices determinada información, más fácil será recuperarla (por eso siempre les decimos que es importante formar un buen hábito de aprendizaje y practicar todos los días 😏).

¿Por qué olvidamos las cosas?

Incluso la información a la que hemos accedido miles de veces puede volverse difícil de acceder luego de mucho tiempo de desuso. A veces puede sentirse que la información simplemente desapareció de nuestro cerebro, sin dejar rastros, ¡pero en realidad eso es completamente incorrecto!

Que un recuerdo se haya “ido” de verdad, implicaría que esas conexiones en tu cerebro se han desatado: ya que las conexiones se forman una tras otra, entre todo tipo de información y memorias, se forma una red de conexiones y es casi imposible que se borren todos los rastros de un recuerdo.

Además, no olvidemos que también es posible volver a aprender las cosas. De hecho, cuando necesitamos volver a aprender algo, el proceso de aprendizaje ocurre más rápido que cuando lo aprendimos por primera vez. En una columna anterior de Querido Duolingo, la Dra. Hope Wilson habló sobre el paradigma de almacenamiento para volver a aprender idiomas. Este paradigma también funciona para otros tipos de habilidades e información.

Por ejemplo, cuando era niño aprendí a tocar el piano y pasé más o menos 7 años practicando… y luego lo abandoné. Sin embargo, 30 años después volví a aprender y déjenme decirles que realmente se sentía como si hubiera olvidado todo (las notas, los acordes, lo que se les ocurra). No obstante, volví a aprender a una velocidad mucho mayor que la de alguien que nunca antes tocó el piano. Esto es en gran medida porque las cosas que aprendí de pequeño aún están “ahí adentro”: solamente necesitaba revivir esas conexiones, esa memoria e información.

¡Está todo en tu cabeza!

Como puedes ver, María Refrescamemoria, el aprendizaje de idiomas no es el único tipo de aprendizaje que forma conexiones en tu cerebro. Tu cerebro (y tu memoria) es una red de todo tipo de conexiones, y cuanto más recorras ese camino para buscar información o una habilidad que te interese, más probabilidades tendrás de retenerla y llevarla a tu memoria a largo plazo.

Entonces… ¿es hora de otra lección?

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