Te damos la bienvenida a otra entrega de Querido Duolingo, la columna de consejos para todas las personas que aprenden idiomas. Puedes ver nuestras entregas anteriores aquí.

Ilustración de Duo parado contento sobre un globo de diálogo que dice ”Querido Duolingo”.

¡Hola, queridos lectores! En el Querido Duolingo de esta semana vamos a responder una pregunta sobre algo que casi todas las personas que aprenden idiomas nos comentan que experimentan, en especial aquellos que recién empiezan a aprender. Sin embargo, como nos cuenta el lector que envió la pregunta de hoy, ¡también te puede ocurrir aunque tengas un nivel intermedio o avanzado!

La pregunta de esta semana:

Querido Duolingo:

He estado aprendiendo inglés durante más de tres años y me resulta medianamente fácil entender y formar oraciones escritas con un banco de palabras. Creo que también soy capaz de hacerme entender al hablar. Sin embargo, tengo dificultad para entender el inglés hablado. ¿Por qué este aspecto del idioma es mucho más difícil que otros? ¿O me equivoco?

Thank you,
Carlos Charlas

Lo primero que debes saber es que esto es algo que experimentan la mayoría de las personas: ¡no estás equivocado! No se trata de tu edad, de tus hábitos de aprendizaje o de las lecciones que estás haciendo en Duolingo, sino que se trata de tu cerebro. 🧠

Escuchar y entender son desafíos únicos que enfrenta cada persona porque en general suele aparecer la presión de mantener el ritmo del hablante, ¡y además es probable que debas formular una respuesta! Lo mismo le sucede a aquellas personas que aprenden un sistema de signos, como la Lengua de señas americana, quienes deben prestar atención a las formas de las manos y las expresiones faciales para seguir el ritmo de la conversación. Para referirme tanto a los idiomas hablados como las lenguas de señas, voy a hablar de “expresión lingüística”, ya que las razones por las que resultan difíciles cuando estás aprendiendo son las mismas.

La expresión lingüística no tiene espacios.

Una de las mayores dificultades para entender la expresión lingüística (tanto para los adultos como para los bebés) es que no tiene espacios. En la escritura, muchos idiomas usan espacios entre las palabras para delimitar dónde una se detiene y la siguiente empieza. Cuando estamos empezando a aprender, buscamos esas pausas… ¡pero simplemente no están ahí!

En cambio, nos encontramos con algo como estaesunaoraciónquerepresentacómopercibimoslaexpresiónlingüística. Bueno, de hecho, los idiomas hablados se ven como la imagen más abajo, sin letras ni sonidos claros y distinguibles. ¿Dónde están los límites de las palabras? ¿Me creerías si te digo que esta es una oración con 7 palabras?

Las ondas sonoras de las vibraciones del habla se ven como una serie de líneas cortas que van de izquierda a derecha. En algunas partes de la onda aparecen muchas líneas largas y, en otras, líneas muy cortas, pero prácticamente no hay espacio donde no aparezcan líneas (que es donde aparecerían los silencios).
Ondas sonoras de las vibraciones del habla de la oración en inglés “Understanding expressive language is no easy feat” (es decir, “Entender la expresión lingüística no es nada fácil”). ¡No hay pausas audibles o visibles antes y después de cada palabra!

En nuestro propio idioma, hemos resuelto ese “problema” hace tiempo, desde niños, pero como adultos nos hemos apoyado mucho en la lectura y en querer saber (y aprender) palabras sueltas. Entonces, cuando no encontramos las pausas en el aspecto expresivo del lenguaje, podemos sentirnos muy desorientados y exhaustos (¡no es de sorprender que los bebés duerman tanto!). A veces podemos tener la sensación de que los nuevos idiomas son expresados demasiado rápido o que las personas ni siquiera se detienen para respirar… ¡pero en realidad, lo único que sucede es que no tenemos experiencia suficiente para encontrar los límites de cada palabra!

La expresión lingüística se esfuma con rapidez.

Otra de las dificultades para entender la expresión lingüística es que, una vez que es expresado, en general desaparece para siempre. Si estás viendo una película o escuchando algo en YouTube, puedes bajar la velocidad de reproducción e incluso volver hacia atrás si lo necesitas. Sin embargo, en las interacciones en persona, después de que una palabra es expresada, sus ondas o curvas literalmente desaparecen (bueno, se disipan) por completo. 🪄 No podemos verlas o escucharlas a la velocidad que preferimos y si nos quedamos pensando en el significado de una palabra, nos atrasamos para entender las palabras que fueron expresadas a continuación.

La expresión lingüística nunca se repite.

Existe otra dificultad relacionada con la desaparición fugaz de la expresión lingüística: nunca es expresado dos veces de la misma manera. Cada vez que es expresado, aparecen pequeñas variaciones y, aunque es raro que las notemos en nuestro primer idioma, quienes lo están aprendiendo deben aprender también a adaptarse a esas nuevas variaciones.

Veamos un ejemplo del inglés. En este idioma se piensa en el sonido “i” en “seat” (“asiento”) como un sonido único (la /i/ en el Alfabeto Fonético Internacional), pero de hecho se trata de todo un rango de sonidos “i”. Tu lengua nunca está exactamente en el mismo lugar por el mismo lapso de tiempo cada vez que usas una palabra con “i”. La forma en la se pronuncia el sonido depende de quién lo expresa, qué tan rápido está hablando, el sonido que aparece antes de /i/ e incluso con quién está hablando.

Eso significa que el sonido “i” en “seat” es ligeramente diferente del sonido “i” en “meat” (“carne”) y ligeramente diferente del sonido “i” en seek (“buscar”). Además, la pronunciación de cada uno de esos sonidos “i” es sutilmente diferente cada vez que los usamos, e incluso difiere cuando hablo con mi mamá, cuando hablo con mi mejor amigo… ¡y así sucesivamente!

Entonces, ¿cómo pueden saber quienes están empezando a aprender inglés qué cuenta como “seat, qué cuenta como “sit” y qué cuenta como “set”, cuando ni siquiera hay una definición específica de qué cuenta como “i”? 😬 No somos conscientes de cuántas adaptaciones y ajustes realiza nuestro cerebro en nuestro primer idioma, pero cuando aprendemos un nuevo idioma, debemos volver a aprender esos límites entre los sonidos, para potencialmente docenas de nuevos sonidos.

La expresión lingüística es impredecible.

Cuando hablamos, tenemos un gran control sobre las palabras que vas a expresar a continuación, a grandes rasgos. Sin embargo, cuando interactuamos con otra persona… ¡estamos a su merced! Definitivamente, existen patrones para saber qué palabras aparecen juntas y qué es probable que encuentres según el tema de la conversación, pero no hay forma de conocer con certeza qué vocabulario o elementos gramaticales aparecerán después (¡y mucho menos si se trata de vocabulario o elementos gramaticales que has aprendido!).

Reunir suficiente información en tu cerebro para que empiece a predecir qué podrías escuchar o ver después es algo que toma años y muchas conversaciones. Estas experiencias y expectativas nos ayudan a procesar y comprender nuestro propio idioma con mucha rapidez: de los cientos de miles de palabras que puedes encontrar, la información que tu cerebro ha almacenado sobre los patrones de las oraciones te ayudan a reducir la cantidad de posibilidades, ¡incluso antes de que la persona las exprese!

La expresión lingüística es un objetivo que no se queda quieto.

Bueno, no solo es cierto para la expresión lingüística: ¡todos los aspectos del idioma siempre están en movimiento! Los idiomas cambian constantemente, nuevas palabras se suman cada día y las palabras más viejas caen en desuso (o cobran un nuevo significado), los dialectos evolucionan y se introduce nueva jerga (¡por eso no siempre es claro qué cuenta como un mismo idioma!).

Dado que los idiomas cambian cada día, es directamente imposible que quienes aprenden un idioma estén al tanto de sus características y tendencias más recientes (y no solo es el caso de quienes aprenden, y definitivamente tengo que ponerme al día con la jerga en inglés de la generación Z 👵🏼). Incluso en tu propia ciudad o región, es probable que notes diferencias entre personas con distinta edad, trasfondo educativo, etnia, religión o género. Nadie habla exactamente igual que como aprendes en Duolingo y, ciertamente, no hablan como lo hacen en los libros de texto (en realidad, las personas no hablan como en las películas y esa es la razón por la cual los programas de televisión con guion y los reality shows suenan tan diferente).

💡
Para aprender un nuevo idioma debes aprender las bases.

Cuando aprendes un idioma, lo que haces es desarrollar las bases para utilizar ese idioma en el mundo real. Nunca podrás aprenderlo todo (y probablemente no lo necesites) pero puedes obtener las herramientas adecuadas, así podrás comunicarte con éxito y empezar a adoptar las características del idioma de las personas con quienes te comunicarás con más frecuencia.

¡Jamás se había dicho algo tan cierto!

Para encontrarle el truco a un nuevo idioma para conversar de forma fluida y natural, no alcanza con aprender palabras, gramática y pronunciación: ¡tu cerebro necesita mucha información y mucha práctica! La mejor forma de fortalecer esta habilidad es seguir intentándolo: usa subtítulos como apoyo cuando veas películas, practica tu comprensión (como, por ejemplo, escuchando música) y ármate de valor y paciencia para interactuar con otras personas cara a cara.

¿Tienes más preguntas sobre tu idioma o el aprendizaje? Envíanos un mensaje a dearduolingo@duolingo.com y te responderemos con gusto. ¡Hasta la próxima!