Algunas personas aprenden idiomas con metas muy claras (como por ejemplo, todos aquellos que empezaron el curso de italiano de Duolingo después de ver a Måneskin ganar Eurovisión), pero otras dudan acerca de qué idioma aprender. Si no sabes cuál elegir (¡Duolingo ofrece 40 cursos de idiomas de todas partes del mundo!), ¿deberías empezar por un idioma “fácil”? Por otra parte, ¿qué cuenta como fácil al hablar de aprender idiomas?
En esta publicación compartiremos algunas ideas acerca de qué hace a un idioma fácil o difícil para las diferentes personas, ¡y así podrás decidir cuál es el siguiente idioma que aprenderás!
Decide qué significa para ti “saber” un idioma.
“Saber” un idioma tiene diferentes significados para diferentes personas: ¿quieres ser capaz de conversar en tu próximo viaje al extranjero? ¿Quieres obtener un empleo en el que debes usar el idioma de forma profesional? ¿O tal vez quieres ver la cobertura de los Juegos Olímpicos *en* japonés?
¡Ten tus metas personales en mente en lugar de sentir miedo por un idioma “difícil”! Poder comunicarte con confianza y de forma efectiva en un nuevo idioma no implica que uses la gramática de forma perfecta o que tengas un acento idéntico al de un nativo. A menudo puedes abrirte camino al mundo de las conversaciones con facilidad, incluso con los idiomas “difíciles”. |
¿”Fácil” o “difícil”? Depende de los idiomas que ya conoces.
Somos capaces de transferir elementos de nuestra lengua materna al nuevo idioma que aprendemos, que pueden incluir el vocabulario y la gramática (como repetir las nuevas palabras que aprendiste en inglés en el orden en el que las dirías en español). También transferimos otras propiedades, como los sonidos (para los idiomas hablados), gestos y movimientos de manos (para los idiomas de señas), reglas de cortesía y conceptos y significados (¿Qué cuenta como una “copa” y cómo se compara con un “vaso” o una “taza”? ¿Dónde termina el “azul” y comienza el “verde”?) La transferencia puede ser muy útil si las propiedades son compartidas entre dos idiomas, pero puede ser todo un desafío si son diferentes.
Según el momento y la forma en la que aprendiste un idioma, tu cerebro podría tratar a tu segundo idioma como una especie de plantilla para todos los otros idiomas. Si estás aprendiendo un tercer o cuarto idioma, ¡quizás sea más probable que transfieras propiedades de tu segundo idioma en lugar de tu lengua materna!
Un idioma puede poseer una mezcla de propiedades fáciles y difíciles
Ya que las propiedades de los idiomas varían tanto (como los sonidos, los significados, el orden de las palabras y la cortesía), aprender un nuevo idioma puede ser fácil en algunos aspectos pero difícil en otros.
Para un hablante de español, los sonidos del japonés podrían sonar (relativamente) familiares, especialmente porque no posee tonos como el chino o el vietnamita. Sin embargo, los tres sistemas de escritura japoneses pueden ser difíciles de aprender, así también como las categorías de cortesía y el orden de palabras (que son muy diferentes del español). Por otro lado, el chino tiene un sistema de sonidos muy desafiante para los hablantes en inglés, pero *no* tiene tiempos verbales. ¡Eso seguro es un alivio para muchos! |
Las oportunidades y la motivación también pueden hacer “más fácil” a un idioma
La facilidad para aprender un idioma también depende de qué tan fácil sea para ti adquirir las herramientas necesarias para aprenderlo. El input es el contenido de un idioma del que puedes aprender, ya sea que lo encuentres en una app, en un salón de clases, en conversaciones en el parque o en una película en ese idioma. Si eres un hablante de español que vive en Seúl, sería más fácil que recibieras un input de alta calidad de coreano que input de español, aunque aprender español sea más fácil para ti (en promedio).
De manera similar, la motivación es realmente importante en el aprendizaje de idiomas, ya que desarrollar un alto dominio del idioma es algo que lleva tiempo. Si sientes una gran motivación por estudiar noruego por tus raíces familiares o porque quieres asistir a la universidad allí, te será más fácil apegarte a ese idioma que a un idioma “más fácil” que no te interesa tanto por muchos meses y años.
En definitiva, es más fácil aprender un idioma similar al que sepas mejor.
Para los hablantes de español, esto quiere decir que, en promedio, serán más fáciles de aprender varios idiomas de Europa (como el inglés y el alemán) en comparación con idiomas que no están ligados al español (como el chino o el vietnamita)
¡Sin embargo, esto puede ser engañoso! Por ejemplo, el español es más parecido al francés que al alemán y el inglés: estos dos idiomas son germánicos, mientras que el francés desciende directamente del latín, como el español y el italiano. Sin embargo, a causa de invasiones y de la cercanía de Francia e Inglaterra hoy en día, el inglés tomó muchas palabras del francés. Así que, hoy los hablantes de inglés pueden transferir una buena parte de su vocabulario del inglés al francés, aunque desde lo gramatical hay más similitudes entre el inglés y el alemán.
Sin importar qué idioma te interese, la parte más importante de aprender un nuevo idioma es apegarte a él. Establece metas personales y prácticas para tu aprendizaje y luego haz que aprender sea un hábito diario que puedas realizar poco a poco, por un largo período de tiempo. ¡No olvides ver estos tips para que aprender no se vuelva algo pesado!