¡Cuando aprendemos un nuevo idioma, es natural buscar palabras y patrones que nos resulten familiares o que tengan similitudes con nuestro primer idioma! A veces son difíciles de encontrar, según el idioma que estás aprendiendo, y en otros casos no podrás evitar encontrar similitudes. Debajo de la superficie, las lenguas humanas tienen muchas características en común. Ya que los 106 cursos en 41 idiomas en Duolingo son completamente gratis, ¡es muy fácil comparar y contrastar los idiomas de todo el mundo!

Veamos 10 cosas que todos los idiomas tienen en común.

1. Todos los idiomas tienen dialectos y acentos

Siempre que las personas sigan usando un idioma, la variación es inevitable. Puede haber diferencias incluso dentro de una comunidad pequeña y homogénea, con base en género y edad, y una vez que varias comunidades usan el idioma, también tendremos dialectos geográficos. Además, puede haber muchos otros tipos de dialectos y acentos basados en etnia, religión, bilingüismo, antecedentes lingüísticos y más. Esto ocurre tanto en los idiomas hablados como en las lenguas de señas: ¡los idiomas siempre varían!

2. Todos los idiomas cambian con el tiempo

Si las personas siguen usando un idioma, el idioma cambiará. De hecho, incluso los idiomas que ya no se usan dentro de una comunidad pueden cambiar: ¡el latín sigue cambiando con el tiempo para adaptarse a nuevos propósitos, como la combinación de nuevas palabras para términos científicos y médicos! Los idiomas cambian con el tiempo porque las personas, la cultura y las necesidades de la comunicación siempre están evolucionando. Sin embargo, hay otras propiedades de los idiomas que también conducen al cambio: para comunicar de manera efectiva, hay un “tira y afloja” entre hablar con completa claridad (más información, más precisión en los significados, pronunciación, etc.) y ser muy eficiente (transmitir el mensaje rápidamente, sin poner en juego más que el tiempo y esfuerzo necesarios). ¡El resultado siempre es el cambio del idioma!

3. Todos los idiomas tienen gramática

Sin importar el idioma (ya sea con señas o hablado, o que tenga un sistema de escritura, diccionario u organización oficial), todos los idiomas tienen reglas acerca de cómo combinar las palabras. Esto es así para los idiomas más antiguos, para los más nuevos, pidgin y criollos, y los idiomas de todos los continentes. Algunos pueden tener reglas más estrictas acerca de la combinación de ciertas palabras y otros pueden tener más flexibles, pero ¡no hay escapatoria de la gramática!

4. Los bebés aprenden cada idioma más o menos al mismo ritmo

Sin importar a qué idioma o idiomas sean expuestos, los bebés tardan la misma cantidad de tiempo en dominarlo. Niños de cualquier trasfondo lingüístico (incluso bebés multilingües) empiezan a balbucear, producir sus primeras palabras y a formar oraciones simples aproximadamente a la misma edad, ¡pero entender las piezas que conforman al idioma es algo que les toma más años de lo que crees! Por ejemplo, en el caso de los niños que aprenden inglés, no es extraño ver que están trabajando en algunos de los sonidos más complicados, como “r”, incluso después de haber empezado la escuela. Algunos conceptos gramaticales difíciles, como la voz pasiva (The lion was killed by the mouse, “el león fue asesinado por el ratón”) tampoco son dominados por completo hasta la escuela primaria. Más allá de esto, el aprendizaje ocurre básicamente en el mismo marco de tiempo, durante muchos (muchos) años.

5. Todos los idiomas son igual de complejos

No hay idiomas simples o primitivos, o idiomas inherentemente sofisticados: todos los idiomas son igual de complejos. Los idiomas pueden variar en muchas maneras (la cantidad de sonidos o formas de la mano que tienen, la cantidad de terminaciones verbales o de las categorías de sustantivos) y en general hay idiomas que tienen más o menos que otros. Incluso si un idioma parece “simple” en un aspecto, ¡lo más probable es que tenga otras características que parecerán lo contrario! En el mejor de los casos, evaluar todo un idioma como “simple” o “complejo” ignora la variación entre esas distintas propiedades (en el peor de los casos, podría ser un comentario que va más allá de lo lingüístico en contra de las personas que usan el idioma).

Por ejemplo, el chino tiene una gran cantidad de caracteres escritos, incluso para la alfabetización básica, pero los verbos chinos no tienen conjugación. Por otro lado, el español tiene una cantidad impresionante de conjugaciones verbales (¡algunas utilizadas únicamente en ciertos países!), pero el sistema de escritura es muy transparente y predecible: una vez que conoces las reglas para escribir en español, sabes exactamente cómo escribir y pronunciar cualquier palabra escrita, aunque no la conozcas. En un sentido similar, los tonos del chino son todo un desafío para las personas cuyos idiomas no tienen tonos, pero los idiomas tonales son algo común en el Este y Sudeste de Asia, África, México y América Central. ¡Si tu propio idioma tiene tonos, el chino no te parecerá tan intimidante!

6. Todos los idiomas tienen formas de hablar sobre pasado, presente y futuro

La manera en la que los idiomas expresan el tiempo puede variar sustancialmente, pero todos tienen una forma de comunicar si algo ocurrió, está ocurriendo u ocurrirá. Podrían usar palabras específicas para comunicar el tiempo o quizás agregar terminaciones (o prefijos) a otras palabras, como los verbos. El inglés tiene palabras como “tomorrow” (“mañana”) y “already” (“ya”) y también algunas terminaciones verbales para expresar tiempo, como el -ed que se puede agregar a varios verbos para mostrar que algo ya ocurrió (“We talked to them about it already”, “Ya les hablamos sobre eso”). Los idiomas varían mucho en la forma en la que usan la gramática para expresar el tiempo. ¡Incluso las culturas que tienen conceptos muy distintos de tiempo y de expresarlo tienen formas de comunicar sobre el pasado, presente y futuro! 

7. Todos los idiomas tienen formas de ser corteses o groseros

Los idiomas tienen una combinación de pronunciación, vocabulario, gramática y reglas de conversación para comunicar ideas con más cortesía o más grosería. En algunos idiomas, los pronombres personales podrían hacer una gran diferencia, mientras que en otros podría ser una terminación verbal apropiada. En español solemos demostrar cortesía agregando algunas palabras adicionales y diminutivos (“¿Podrías traerme una tacita de café, si no es mucha molestia?”), ¡pero no hay nada que impida que un idioma diga “Ayuda” con una terminación formal!

8. Todos los idiomas pueden comunicar cualquier idea y sentimiento

Quizás hayas escuchado que algunas palabras son “imposibles de traducir” o que no pueden ser expresadas en otro idioma, pero todos los idiomas tienen la capacidad de comunicar cualquier idea, sea sobre ciencia, tecnología, folclore, historia, mitología y hasta schadenfreude (una palabra en alemán para expresar el placer ante el sufrimiento ajeno… ¿lo ven? ¡Acabo de expresarlo en español! 😛). Quizás un idioma necesita una cantidad distinta de palabras o estructuras gramaticales para traducir la idea, pero los idiomas que conocemos no limitan lo que podemos pensar, sentir o entender. Ya sea que nuestro idioma exprese una idea en una palabra o seis, la cantidad en sí es algo arbitrario (después de todo, la gran mayoría de las personas no se pone de acuerdo en definir qué cuenta como “una” palabra, en parte porque los idiomas tienen formas muy distintas para formar y escribir las palabras. Algunos idiomas, como el alemán, amontonan palabras cortas para formar una muy larga, mientras que otros idiomas usan más espacios, guiones y expresiones. Sin embargo, todos los idiomas cuentan con herramientas para expresar cualquier idea.

9. Todos los idiomas tienen jerga

Ya que usamos los idiomas para conectar con los demás y expresar nuestra identidad, todos los idiomas tienen jerga y palabras informales. La jerga en inglés solía incluir palabras como “radical” y “sick” para decir “genial”, pero hoy en día se usa “slaps” y “dope” en su lugar (¡así es, “dope” se usa de nuevo!). La jerga y el lenguaje informal puede incluir pronunciaciones, vocabulario, expresiones y gramática, y puede ser utilizado para expresar cercanía, informalidad o pertenencia a un grupo específico. También funciona a la inversa: todos los idiomas tienen formas de mostrar más formalidad y distancia para expresar la pertenencia a otro grupo. Lo que cuenta como formal o informal puede cambiar con el tiempo y variar drásticamente entre las comunidades. Hace mucho tiempo, el latín vulgar era la jerga de su tiempo: era la forma en la que las personas hablaban entre ellas, a diferencia del latín culto representado en el mundo político y los textos literarios de la época. ¡Fueron las distintas formas de hablar latín naturalmente las que dieron lugar a la aparición de las lenguas romances de hoy en día!

10. Todos los idiomas tienen valor

Hay muchas razones para aprender, estudiar, investigar o interesarse por un idioma, y todos esos idiomas tienen valor. El idioma es parte de la cultura, historia y tradición de una comunidad, y eso es suficiente para darle valor a un idioma: no importa si no es usado a gran escala, si no conduce a ventajas académicas o económicas o si es útil para viajar. Cada idioma nos cuenta algo acerca de la increíble diversidad de la comunicación humana, cómo representamos y transmitimos ideas altamente complejas y los impresionantes matices gramaticales que nuestros cerebros pueden manejar. Incluso los idiomas artificiales nos dejan dar un vistazo a las aspiraciones e ideales de aquellos que aprenden idiomas y las formas en las que nos gustaría conectar con los demás. ¡No es de sorprender que Duolingo tenga millones de usuarios aprendiendo en todo el mundo!

Muchas gracias a los expertos de idiomas que colaboraron con esta publicación: Dra. Isabel Deibel, Emma Gibson, Dr. James Leow, Doctore Ari Moline, Dra. Elizabeth Strong y Dra. Hope Wilson!