Te damos la bienvenida a otra entrega de Querido Duolingo, la columna de consejos para todas las personas que aprenden idiomas. Puedes ver nuestras entregas anteriores aquí.
¡Hola a todos! La de hoy es una muy buena pregunta para todas las personas que aprenden idiomas (¡y en todos los contextos!). Me recuerda a las dificultades que también enfrentaban mis estudiantes cuando enseñaba en salones de clases.
La pregunta de esta semana:

Esta es una experiencia muy común entre quienes aprenden idiomas. En parte está vinculada a la forma en la que funcionan sus cerebros y en parte por la forma en la que solemos aprender idiomas. No hay mucho que podamos hacer para manipular nuestro cerebro, ¡pero sí podemos controlar nuestra forma de aprender! 💪
Lo primero que necesitas es desarrollar un buen hábito de aprendizaje, pero incluso después de aprender con constancia, la mayoría de las personas siguen temiendo conversar en la vida real (aunque te vaya bien en tus lecciones de Duolingo o en tus tareas del salón de clases).
Veamos qué es lo que ocurre y qué puedes hacer para mejorar.
Desafío: usa el idioma de forma auténtica desde el inicio
Desde el principio, usa el idioma en las formas que quieras usarlo en el futuro.
Por ejemplo, si tu meta es leer los grandes clásicos en su idioma original, busca maneras de leer el idioma correctamente (podría ser en pequeñas dosis en redes sociales o buscando en tu libro “meta” las palabras que reconoces).
Si tú, como la mayoría de las personas, quieres ser capaz de mantener conversaciones en ese nuevo idioma en el futuro, deberás hablar el idioma tan pronto como puedas. No es broma cuando digo tan pronto como puedas: ¡debes intentarlo desde tu primera lección! Puedes encontrar formas de practicar el idioma en lugares inesperados, y uno de esos recursos es nada más y nada menos que… ¡tú!
¡Sí, tú! Empieza hablando por tu cuenta. Quizás sientas que estás haciendo el ridículo, pero si alguna vez has tratado de aprender una nueva habilidad, como jugar un deporte o tocar un instrumento, sabes que es completamente normal no ser un experto desde el principio. 😅 Gran parte de lo que les resulta difícil a quienes aprenden idiomas es combinar las piezas, ¡así que conviértete en tu propio compañero de conversación y habla, habla y habla! Además, puedes minimizar cualquier sentimiento de vergüenza ante la mirada ajena si practicas pensar en tu nuevo idioma.
Desafío: necesitas más que constancia
Asegúrate de dedicar tanto tiempo como puedas al idioma después de tus sesiones de aprendizaje. ¡Eso implica hacer más de una lección sin sonido mientras estás en un concierto, boda o club solo para mantener tu racha! 🔥
Para aprender un idioma lo suficientemente para usarlo en el mundo real, debes tener suficiente entrada de datos y exposición al idioma: tendrás que ver, escuchar, usar y necesitar lo suficiente el idioma para que se grabe en tu cerebro.
Entonces, ¿cuánto tiempo es “suficiente”? Eso dependerá de tus metas y de tu tiempo disponible. Cuando tuve cuatro semanas para prepararme para viajar a Alemania, completaba cerca de dos secciones de Duolingo por semana y trabajaba en lo que había aprendido, ya sea tomando notas, practicando escritura con el contenido de mis lecciones y creando diálogos cortos con el vocabulario y gramática que había aprendido.
Esto es en parte porque tenía una fecha límite, pero podrías comparar tus hábitos de aprendizaje con lo que harías si tomaras clases en la universidad: ¡tendrías que dedicarle una hora (o más), entre 3 y 5 veces a la semana!
En cuanto a la exposición, también importa que sea la exposición correcta: haz lecciones nuevas y no repases solamente las que ya completaste. Quizá sientas que es necesario conocer la información a la perfección antes de avanzar a la siguiente, pero esa presión es poco realista y de hecho no favorece tu progreso. ¡Aunque se sienta un poco incómodo, encontrar información que te resulte familiar combinada con vocabulario y gramática completamente nuevos es la mejor forma de maximizar tu aprendizaje!
Desafío: tu cerebro ha aprendido un solo contexto
La generalización es la base de los idiomas: aprender el patrón de una conjugación y aplicarlo a un verbo nuevo, descubrir que significa una nueva palabra según las palabras que la rodean y entender a nuevos hablantes, acentos y dialectos de tu sistema general de conocimiento de idiomas.
¡El contexto no es la excepción! Nuestros cerebros procesan todas las partes del entorno para adivinar conexiones y aprender patrones: si siempre completas lecciones en tu sofá, en la noche, con una taza de té, has convertido ese entorno en tu mejor contexto de aprendizaje. Eso no tiene nada de malo, pero si quieres maximizar la transferibilidad de ese aprendizaje a otros contextos (como usar el idioma en la vida real), asegúrate también de incluir variedad en tu exposición. Podrías lograrlo al cambiar tu manera de practicar en la app, al escuchar podcasts (¡como el de Duolingo!) en tu próxima caminata, al completar desafíos o sesiones de Parejas locas, o incluso al leer el blog de Duolingo en otros idiomas (¡tenemos inglés, francés, alemán, japonés y portugués!).
Otra forma sencilla de incorporar el idioma a más contextos es utilizar tus pasatiempos. Crea listas de reproducción (o escucha las nuestras), prueba recetas, lee foros en línea y participa en grupos de fans en ese idioma, todo en el idioma que estás aprendiendo. ¡Sin importar cuáles sean tus intereses, hay personas que hablan ese idioma y les gustan las mismas cosas!
Desafío: ¡conversar es la parte más difícil de aprender!
Si entender el idioma hablado es increíblemente difícil… ¿cuánto más difícil es participar en una conversación? ¡Es responder en tiempo real a un hablante del idioma que probablemente quiere lograr algo (como ayudarte, darte indicaciones o información)! 🥵
Quienes aprenden idiomas tienden a no darse suficiente crédito cuando se trata de la dificultad de conversar en otro idioma. Los sonidos pueden ser difíciles de identificar y entender, y mucho más de producir. El habla no tiene espacios convenientes entre las palabras. Nos lleva más tiempo “buscar” los significados de las palabras en nuestro cerebro en ese nuevo idioma, incluso para las palabras que ya conocemos. Debemos procesar las palabras, sonidos y gramática para comprender lo que se dijo… ¡y para entonces, ya han dicho algo más! 😭 Eso sin contar que las personas reales tienen más dialectos, acentos, jergas y diferencias que las que se pueden enseñar. Aprender un nuevo idioma realmente es desarrollar un sistema para entender todo lo que te arrojan. ¡Es más que un ejercicio de hacer conexiones!
Entonces, ¿cuál es la solución? Practicar. Practicar y tener paciencia, en especial, con un compañero de conversación paciente (ya sea humano o digital). Mi recomendación, una vez más, es que hables a solas en tu nuevo idioma, en todos los lugares que puedas, que te acostumbres a formar ideas desde cero y que empieces con oraciones cortas y simples en cuanto hayas completado algunas lecciones. Hazlo también de forma escrita para mejorar la forma en la que conectas las palabras. ¡No te enfoques tanto en la precisión gramatical, sino en hacer que las palabras y las ideas en tu mente salgan al mundo!
La mejor forma de practicar conversaciones es… ¡conversar!
Introducir variedad en tu rutina de práctica no solo es bueno para aprender vocabulario y gramática: te ayuda a mantener la motivación durante toda tu aventura de aprendizaje. Asegúrate de hacer muchas cosas diferentes en tu nuevo idioma, en Duolingo y en tu vida cotidiana. ¡Podrás alcanzar todas tus metas de conversación!
¿Tienes más preguntas sobre tu idioma o el aprendizaje? Envíanos un mensaje a dearduolingo@duolingo.com y te responderemos con gusto. ¡Hasta la próxima!