Te damos la bienvenida a otra entrega de Querido Duolingo, la columna de consejos para todas las personas que aprenden idiomas. Puedes ver nuestras entregas anteriores aquí.

¡Hola a todos! Algunas semanas atrás, mencionamos los patrones de error en el aprendizaje de idiomas… e inmediatamente cientos de ustedes nos escribieron para pedirnos más información. ¡Creo que nunca había recibido tantos mensajes y tan rápido sobre un mismo tema! Veamos una de las preguntas a modo de ejemplo:

La pregunta de esta semana es bien directa:

Querido Duolingo: ¡Más información de los patrones de error, porfa! Muchas gracias, 404

En realidad hay 2 tipos de patrones de error sobre los que podríamos hablar: aquellos que se suelen cometer sin importar qué idioma se aprende y aquellos que son específicos de cada idioma. Vamos a hablar de patrones específicos de cada idioma en otra ocasión, ¡porque tenemos mucho que decir sobre los patrones universales!

Estos patrones son el resultado de encarar el aprendizaje de idiomas con la misma maquinaria (cerebro, boca, manos, lengua, etc.). Cada uno de ellos revela la forma en la que nuestros cerebros procesan un nuevo idioma (a qué prestan atención, en qué es difícil enfocarse, cómo entendemos los significados) y la forma en la que interactúan el nuevo idioma y los idiomas que ya estaban en nuestra cabeza.

Algo a tener en cuenta es que estos patrones son algo que los investigadores han observado entre quienes aprenden idiomas durante décadas, en distintos tipos de cursos y experiencias lingüísticas. ¡Los errores son una parte natural del aprendizaje sin importar qué aprendas o cómo lo hagas!

Estos son 8 patrones de errores que enfrenta toda persona que aprende idiomas:

🎢 Aprendizaje en forma de U

Un patrón al que son susceptibles todas las personas que aprenden idiomas es el aprendizaje en forma de U: al principio hacen algo con precisión, luego empeoran (¡!) y después logran hacerlo con precisión nuevamente (¿te das cuenta? Empiezan bien arriba, luego bajan al fondo y después repuntan, igual que una “U”).

Las etapas tempranas del aprendizaje a menudo implican recordar palabras y frases como bloques aislados: aprendemos lo que dicen, pero no entendemos realmente las reglas gramaticales de fondo. A medida que aprendemos más gramática, nuestros cerebros deben hacer que la nueva información funcione con la información que ya habíamos memorizado. Entonces, nuestros cerebros desarrollan hipótesis acerca de lo que debe estar ocurriendo e inevitablemente ciertas hipótesis equivocadas se vuelven opciones naturales a probar. Luego, estas hipótesis equivocadas son reemplazadas una y otra vez, hasta encontrar la forma más completa y “adulta” de usar esa información (completa con intuiciones sobre la gramática de fondo).

Este patrón es algo que vemos tanto para el primer como para el segundo idioma:

  • Los niños que aprenden inglés como primer idioma: durante su infancia, los niños que aprenden inglés son capaces de usar “I went” (“Yo fui”) de forma correcta (por ejemplo “I went to the store with daddy”, “Fui a la tienda con papi”) porque lo aprendieron como un bloque: ubican “I went” como una unidad. Luego, empiezan a notar que para formar verbos en pasado se usa la terminación -ed, por lo que empieza a usar ese patrón (“I goed with daddy”). A medida que recogen información y escuchan más el idioma, se dan cuenta de que el verbo go (“ir”) es irregular, y podrían decir algo como “I wented”. Finalmente, luego de recoger más información y analizar patrones, vuelven a utilizar “I went”: han entendido de forma completa cómo formar el tiempo pasado de este verbo irregular (¡sin siquiera saber cómo se llama!).
  • Adultos que aprenden español como nuevo idioma: en los primeros momentos de su aprendizaje, quienes aprenden español aprenden “Me llamo” y lo recuerdan como un bloque (“mellamo”). A medida que ven más español y empiezan a aprender sobre los verbos, se dan cuenta de que “llamo” debe ser un verbo que termina en -o… pero todavía no queda clara la función de “me”. Quienes aprenden a menudo prueban variantes como “yo llamo” (y piensan “después de todo, así se forman otros verbos, ¿no?”), “mi llamo” (Si hablo de mi nombre, quizás debería ser “mi.”) y “mi llamo es” (¡una mezcla de hipótesis sobre sustantivos y verbos que surge al aprender más español!). Luego de ver suficientes ejemplos y aprender más sobre los verbos reflexivos y el uso de “me”, quienes aprenden español vuelven a la forma correcta: “me llamo”.
Sari floating through the air on her back looking pensive while surrounded by blue sparkles

👯‍♀️ Generalización

Dado que nuestros cerebros realizan toda la recolección de información y pruebas de hipótesis, nos encanta encontrar una regla que funciona… ¡y es bastante común que la apliquemos en exceso! Por ejemplo, tanto los niños que aprenden inglés como los adultos que aprenden el idioma aprenden que si añadimos una -s a un sustantivo, formamos su plural: cat-cats (gato-gatos), dog-dogs (perro-perros), house-houses (casa-casas), bottle-bottles (botella-botellas), etc. Es una gran regla… solo que hay todo tipo de excepciones. Sin importar su edad, quienes aprenden el idioma también dirán en algún momento childs, tooths y foots, entre otras, que son formas incorrectas (de “niños”, “dientes” y “pies”, respectivamente). Parece que esa hipótesis necesita una pequeña revisión. 😉

⚖️ Preferencia por palabras de contenido

Nuestros cerebros dan prioridad a las palabras de contenido sobre las palabras funcionales o las terminaciones, ¡así que a veces no procesamos completamente esas partes de la gramática! Por ejemplo, en inglés, una palabra como “yesterday” (“ayer”) te permite saber que algo ocurrió en el pasado. También se usa la terminación -ed para indicar el tiempo pasado. De esta forma, una oración como “Yesterday we walked to the store” (“ayer caminamos a la tienda”) contiene dos elementos que indican el tiempo pasado: una palabra de contenido como “yesterday” y la terminación verbal -ed. Esto significa que el cerebro de quienes aprenden podría procesar “yesterday” e ignorar -ed ya que tienen el mismo significado. Por este motivo, es posible que encuentres más pistas como “yesterday” en tus primeras lecciones cuando estés aprendiendo -ed: ¡eventualmente deberás acostumbrarte a enfocarte solo en esa terminación verbal!

📰 Mejor procesamiento para información nueva

También procesamos las palabras y sus partes más importantes antes de los pequeños elementos lingüísticos que no añaden nueva información (¡los hablantes de inglés tienen una excusa cognitiva para temerle al género gramatical!). Los prefijos y los sufijos que añaden información, como el un- en “unlikely (en inglés, “improbable”), son procesados en mayor profundidad que la -s en “walks” (“camina”). ¡También hay otros motivos por los que la terminación -s del inglés es tan difícil de aprender!

🥇 La importancia del primer sustantivo

Nuestros cerebros también tienden a asumir que el primer sustantivo que encontramos en una oración es el sujeto, la persona o la cosa que realiza la acción del verbo. En español, esto te permitirá entender correctamente la oración, ya que el sujeto en español suele aparecer antes del verbo, pero también puede ser un poco tramposo.

Por ejemplo, en la oración “El gato fue perseguido por el perro” es cierto que el gato es el sujeto gramatical de esta oración pasiva (pero porque nos enfocamos más en “perseguir” que en “fue” o en el -ido que se usa para los participios, significa que estamos inclinados a pensar que es el gato quien perseguía, ya que “gato” es el primer sustantivo”. ¡Si estás aprendiendo un idioma con un orden de palabras más flexible, incluso podría ser más confuso!

⏰ Más atención en las primeras partes de la oración

Más allá del primer sustantivo, en general quienes aprenden dirigen más su atención a las primeras palabras de la oración y son más propensos a procesar estas palabras en mayor detalle que las palabras, prefijos y sufijos que aparecen después en la oración. Es como si nuestros cerebros se quedaran sin combustible en medio de la oración… pero, por supuesto, ¡las partes posteriores de la oración también guardan información importante!

🤔 Usar información del mundo real como soporte

Para entender un nuevo idioma, nuestros cerebros usan todas las fuentes a nuestra disposición para descifrar los significados ¡e inclusive algunas estrategias que no involucran al idioma! Incorporamos nuestro conocimiento del mundo real en general y el contexto particular en el que usamos el idioma para entender el significado de las palabras y frases, y para aprender las porciones más pequeñas de la gramática.  

Por ejemplo, si escucharas “El gato fue perseguido por el ratón” en tu nuevo idioma, podrías usar lo que sabes sobre gatos y ratones para deducir cuál es más probable que persiga al otro (¡aunque en esta oración en particular, tu conclusión sería equivocada!). De manera similar, si escucharas “La silla fue mordida por el perro”, incluso si no supieras a ciencia cierta el orden de las palabras o las terminaciones verbales, tu conocimiento previo te diría que las sillas no muerden cosas, por lo que tu atención sería desviada de esa interpretación. ¡Ya ves cuántos de estos principios interactúan en formas complejas para entender incluso oraciones cortas! 

Es por nuestra inclinación a apoyarnos en la probabilidad que las oraciones absurdas de las lecciones de Duolingo son tan beneficiosas: tendrás que enfocarte de verdad en el significado de las palabras y en la sintaxis de la oración para lograr una interpretación correcta.

💡
¡Tenemos que detener a nuestro cerebro de caer en la tentación de usar nuestros conocimientos de la vida real y hacer que se enfoque en la gramática!

♻️ Transferencia lingüística

Además de estas tendencias relacionadas con la forma en la que nuestro cerebro se concentra y presta atención a la nueva información, hay otro factor importante a considerar: ¡ya sabemos otro idioma (al menos)!

En mayor medida usamos las mismas partes del cerebro para procesar nuestro primer idioma y los que aprendemos posteriormente, así que es natural que nuestro cerebro aplique las reglas, sonidos y reglas gramaticales de un idioma que conocemos en el idioma que estamos aprendiendo. En la práctica, esto podría significar colocar las palabras de tu nuevo idioma en el orden de tu primer idioma, hablar con acento y dejar de lado palabras o terminaciones que no se usan en tu primer idioma (como la omisión del pronombre de sujeto en español e italiano, que no puede omitirse en inglés). 

¡Que tu aprendizaje siga su curso!

Cometer errores en tu nuevo idioma puede ser frustrante, ¡pero es completamente normal! Atravesar estas etapas es tan solo una parte de aprender esta maravillosa nueva habilidad. Practicar puede ayudarte a superar las etapas con mayor rapidez, pero siempre estarás a merced de tu cerebro. ¡Deja que haga lo que mejor sabe! 🧠   

¿Tienes más preguntas sobre los idiomas o el aprendizaje? Envíanos un mensaje a dearduolingo@duolingo.com y te responderemos con gusto. ¡Hasta la próxima!